Descripción
El vuelo de su prosa rica en matices, formas, colores y sonidos, imbuida está por un acendrado espíritu neoromántico, de hondas resonancias nostálgicas. En su cosmovisión poética, la angustia existencial lo hace interrogar ante el espejo de los días la fugacidad del tiempo, la trascendencia de los recuerdos, los amores no correspondidos, desengañados, contrariados, la permanencia en el sueño, los retenes contra el olvido, la ausencia de los besos. Estados y mundos interiores translucidos por su pluma, que inquiere, alienta y sublima el espíritu, dan un sentido misional a su profesión de fe y adquiere un rango de sacrificio.
Monnin vuelca en su obra un torrente de letras desbordantes de auténticos sentimientos, con imágenes de sugerentes tropos y metáforas, plenas de gestos amorosos de humanidad, de querencias por la mujer amada y de todo aquello que nos rodea, en fin, por la vida misma.
Son poemas con una retórica sensible, sutil y directa, sin engalanamientos, macerados por el tinte indeleble y sagrado de la memoria.
“La constelación del universo se inclinó ante una flor, que el viento trajo a mi corazón”, expresa el poeta. Seguro estamos que su estro se expandirá al éter en generosas brisas de aliento y gozo, llegará al espíritu alimentado de rocío y miel. Invitamos, pues, a leer esta obra, hacerla suya, presente, intensa y devocional con la poesía. (Alberto Sisa, poeta y periodista paraguayo).
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