Cartas íntimas

Los lectores de Barrett conocemos el dolor como un tema primordial en su universo conceptual. El dolor como leitmotiv atraviesa sus escritos periodísticos y literarios, y en general, toda su obra, sin embargo, en Cartas Íntimas, nos enfrentamos al dolor, al sufrimiento, desde otra dimensión, que es su propia vida, su desdichado devenir personal.
En las cartas íntimas no sólo se nos muestra a un Barrett enamorado perdidamente de Panchita sino un hombre sufriente. Sufriente por la distancia con su amada y su hijo, por el exilio y la factura de sus ideas políticas, por las vicisitudes y penurias económicas que lo sumen casi en la pobreza, por la falta de reconocimiento en su oficio de escritor y, sobre todo, por una salud que va mermando y le va minando paulatinamente las energías. Si el dolor es el calificativo con el que Barrett moteja al Paraguay, estas cartas nos muestran a un Barrett como sujeto del dolor. El dolor como la piedra angular de la obra y la vida de Barrett.
Si unos años más tardes Unamuno expresaba su conocida frase de “me duele España”, Barrett se adelantaba al situar al dolor en el centro de su obra y de su vida. (Fernando Fajardo).