Como el río Magdalena

La cotidianeidad de las cosas, el día a día nos entrega, si observamos, una serie de elementos que tejen una fina línea poética. En ese cotidiano vivir se encuentran alegrías, tristezas, presencias, ausencias, decisiones, tormentas, nostalgias, viajes, desafíos, seres que son eternos, otros que no… encuentros, despedidas, en fin, esa dualidad del ser humano que tiene días de firme convicción y otros de dudas interminables. (Estela Asilvera)
“Como el río Magdalena, no solo es fruto de una profunda lectura y admiración por otros que entienden y buscan promover su mismo lenguaje del amor; la escritura latinoamericana, si no que además ubica esos mismos sentimientos y emociones en aquellos caminos polvorientos de la tierra guaraní, de arena mojada, de manos negras de arcilla, llenas de comunidad, de poder creativo. Y surge como “no como cosa pasada” sino con un torrente naranja buscando igualar la escritura paraguaya, la poesía paraguaya, con un acto de presencia local, vertiginoso y auténtico. Porque aquí, también hay ríos como el río Magdalena.” (Cilia Romero)