Descripción
Aumenta el valor de la obra de Ramírez Santacruz al enriquecerla con hechos históricos no muy lejanos: la prolongada vigencia del stronismo y los que guardan relación con la lucha latinoamericana por su segunda independencia.
Estimo que el texto, en tanto narrativo como teatral: ¡curioso cuento!, concreta el cometido que el autor se propuso, como es el de elevar el valor histórico del Dr. Francia, paradigmática personalidad por su entereza, patriotismo y honestidad, que es todo un ejemplo para propios y extraños.
Podríamos decir finalmente que el aporte de Gilberto Ramírez Santacruz, viene a contribuir, quizás enriqueciendo con nuevos ingredientes, la valiosa obra literaria de Augusto Roa Bastos y en consecuencia redunda en un justo homenaje al autor de Yo el Supremo. Y quizás, sin proponerse, esta obra responde al desafío lanzado por Carlyle, después de leer toda la infamia perpetrada por los Rengger, Lonchamp y Robertson, al decir que Rodríguez de Francia fue “alguien infrecuente para la mentalidad europea, poco menos que una quimera, a lo sumo el planteo de un enigma que todavía está por resolverse. Pero no hay que perder todavía la esperanza de que, de aquellas regiones, pueda venirnos una verdadera vida de Francia. Si llega a surgir algún escritor de genio, queda desde ya invitado a acometer la empresa”.
Luis María Martínez (Marzo de 2015)
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