Muerte de la paloma

La renovadora poética de Ricardo de la Vega despierta en nosotros la intensa sensación de estar ante un poeta que ha crecido sostenidamente, acaso hasta el punto en que podemos deducir que esta voz, la de Muerte de la Paloma, ya es “su” voz, afirmada, madurada, apuntando hacia la poesía mayor que, con la de él, ya lo vienen consolidando Moncho Azuaga, Delfina Acosta, Mario Casartelli y Lito Pessolani, reafirmando así la sólida presencia de la que podemos llamar “Generación del 80”, que integraron alguna vez el decisivo Taller de Poesía “Manuel Ortíz Guerrero”. De todos modos, la primordial característica de este grupo, al que ya se la define como “innovador”, no necesitó negar a los antepasados remotos o próximos para afirmarse. Todo lo contrario, pues al leer la obra de Ricardo de la Vega vemos que sus raíces se hunden en un pretérito más y más profundo y proyecta su poesía futura hacia una floración continua y firme.
Víctor Casartelli