Tierra y dolor

Gabriel Ojeda, un poeta impar, figura fuerte de la literatura contemporánea. En su obra Tierra y dolor deja fluir los reclamos legítimos de los paraguayos, así como también señala los males de la sociedad; es así que “…todos nos convertimos / en monstruos, tarde o temprano…”.
Y la ironía se vuelve el plato principal en cada mesa.
No es extraño entonces, que la libertad sea sólo una palabra más en boga, pero que quede dormida en los diccionarios, ya que “…El paraguayo es un espíritu esclavizado por sus pecados…”.
Nos volvemos icónicos del teclado, en un mundo virtual donde ladies and gentlemen se visten de ironía y se cambian mil caras.
Cuando la luz de la luna se vea reflejada en el cristal de tus ojos, como llamando al lobo hambriento que tenemos dentro, será allí –quizás– el tiempo propicio para leer este libro, con palabras para nada ensayadas, que han nacido muy a tiempo de advertirnos que hace mucho ya estábamos muertos, pues al servicio de la gente hemos dejado de estar dispuestos. (Mabel Coronel Cuenca).